Brasil elige la construcción para reactivar su economía
Para tratar de superar los muchos obstáculos económicos y políticos de Brasil en 2016, el gobierno anunció la recreación del llamado Consejo Nacional de Desarrollo Económico y Social, un organismo consultivo formado por una variedad de sectores sociales.
La entidad representativa de las constructoras tiene un primer gran reto en su diálogo con el gobierno brasileño: destrabar los cerca de US$ 1.500 millones (6.000 millones de Reales) que el gobierno debe a distintas constructoras por servicios prestados en diferentes iniciativas.
En segundo lugar, la CBIC defiende el mantenimiento de las políticas de ajuste económico mediante contención de gastos para sanar los indicadores macroeconómicos del país. Lo que puede no suceder, toda vez que el nuevo ministro de la Hacienda, Nelson Barbosa, tiene largo histórico de defensor de los gastos públicos como generadores de crecimiento. En el actual escenario de endeudamiento público elevado con recesión e inflación, analistas consideran esta opción un equívoco.
Números
La reactivación del sector de construcción en Brasil deberá demorar. La CBIC afirma que la caída sectorial en 2015 habrá sido de un 8%. Cerca de 500.000 puestos de trabajo se perdieron en las constructoras y empresas asociadas a la industria.
En São Paulo, donde la construcción es más activa, el índice combinado de precios pagados para construir subió en 2015 un 4,75%. En este caso se debe considerar que un alza menor que la inflación nacional del año (del 10,5%) refleja la intensa caída en la demanda por insumos, materiales y equipos de construcción.
Los comerciantes de materiales e insumos de construcción lo confirman. La asociación nacional de tiendas de construcción (Anamaco), afirma que sus ventas cayeron en 2015 un 5,8% en total.
Por su parte, el sector de equipos anotará una caída brutal. De acuerdo con la asociación Sobratema, 2015 habrá sido el año en que la industria de máquinas de construcción vio su nivel de venta caer un 57,8%.
Medidas
Frente este escenario, la presidente Dilma Rousseff afirmó esta semana que pretende utilizar exactamente el sector de construcción para reactivar la economía del país. Se elige la construcción, de acuerdo con el gobierno, por su capacidad de responder rápidamente cuando hay inversiones.
En Brasil, la construcción significa cerca de un 9% del PIB nacional, y su reactivación supondría un fuerte impulso económico.
Todavía se desconoce cuáles son las medidas propuestas por el gobierno, pero de seguro estas serán discutidas en el Consejo de Desarrollo Económico y Social.
No obstante, la efectividad de este plan dependerá de dos factores incontrolables. Uno es el mismo problema económico: la construcción funciona a base de créditos y hoy en día Brasil no tiene las mejores condiciones financieras para extender créditos con facilidad. Lo otro es el posible impeachment de la presidente Dilma, pauta política muy conflictiva que en marzo deberá retornar con toda fuerza, e impredecibles consecuencias.