Sumario del informe Euroconstruct. Junio 2017. Europa
El sector construcción europeo se hace fuerte gracias a la vivienda
El sector construcción europeo se hace fuerte gracias a la vivienda
Estamos asistiendo a una mejora de los fundamentos económicos que perfila un horizonte tranquilo para la economía europea, a pesar de la incertidumbre política que aún se resiste a desaparecer. Europa ya ha recuperado el nivel de empleo que registraba a mediados del 2008 con lo que la demanda interna se fortalece en la mayoría de países, mientras que los bajos costes de financiación están contribuyendo a acelerar la inversión. El crecimiento que se espera es tan solo moderado (1,7% anual promedio 2017-2019) pero es sintomático de que sea superior al que se preveía en el informe Euroconstruct de seis meses atrás.
Esta mejora en el clima económico no ha pasado desapercibida para el sector construcción, que encara el 2017 con la expectativa de crecer un 2,9%. Tras haber registrado un 2,5% en 2016, es posible que a primera vista la previsión no parezca demasiado prometedora, pero tras las cifras se percibe como el sector va ganando solidez. Mientras que 2016 fue un año de dificultades para el segmento de la ingeniería civil y arrastró a la zona negativa a un total de 5 países (Polonia, Hungría, Chequia, Eslovaquia y Portugal), en la previsión 2017 la ingeniería civil se reincorpora al crecimiento, y por países tan solo Chequia queda estancada.
Las expectativas continúan siendo positivas en la previsión más a medio plazo, pero se espera una progresiva desaceleración en 2018 (2,5%) y 2019 (2%), fruto de que la edificación de nueva planta será incapaz de prolongar más tiempo los sustanciales ritmos de avance de 2016-2017 y de que la mejora en ingeniería civil será insuficiente para compensarlo.
Producción del sector construcción: previsión por países
Estimación 2017 y proyección de crecimiento anual promedio 2018-2019 a precios constantes
Previsión por países de la producción del sector construcción
En la edificación residencial sigue habiendo un panorama muy contrastado, con países que continúan en zona de mínimos y otros que alcanzan o superan los máximos de las últimas dos décadas. Las excepciones positivas han ido aumentando y han conseguido propulsar la producción europea un 8,8% durante 2016, y se espera que lo hagan un 6,8% en 2017. Por tanto, si aislamos los casos conflictivos y nos concentramos en el resto, no es exagerado volver a calificar la situación de la vivienda de nueva planta como excepcional. Si descontamos la contribución de España e Italia al total europeo, en el año 2007 se superaron los 1,6 millones de viviendas acabadas; una cifra que volverá a alcanzarse en el 2017 y que podría aumentar hasta los 1,75 millones en el 2019. El crecimiento en términos de producción perderá intensidad en 2018 (3,7%) y 2019 (2,4%) debido a la desaceleración que se espera en Alemania y algunos otros países, principalmente nórdicos.
Respecto a la edificación no residencial no hay motivos para ser tan entusiastas como en el caso de la vivienda. Este mercado no ha conseguido reencontrarse con el crecimiento hasta 2016 (2,5%) y la ventana de oportunidad que ahora se abre es mucho más modesta que la del contexto del residencial: el crecimiento más intenso se prevé para 2017 (2,8%) y a partir de aquí podría sufrir una notoria desaceleración que lo reduciría al 1% en la proyección para 2019. Que las expectativas sean tan poco ambiciosas tiene mucho que ver con el mercado de las oficinas, en el que se notará la falta de empuje del Reino Unido del 2018 en adelante; un vacío difícil de compensar puesto que su cuota de mercado era superior a un tercio del total europeo de oficinas. Por otra parte, la construcción industrial y logística, que en el informe del semestre anterior se mostraban titubeantes, tienden a recobrar fortaleza con la mejora económica. También se recupera la construcción relacionada con la salud, un nicho de pequeña cuota de mercado, pero que arroja esperanzas de que la demanda pública europea esté abandonando ya su fase más contractiva. Alemania, como en el caso de la vivienda, también da síntomas de haber alcanzado un hipotético techo a partir del cual le resulta complicado continuar creciendo.
La ingeniería civil fue el único subsector incapaz de crecer durante el 2016 (-1,8%) al confluir varios factores: por una parte, el relevo entre programas de fondos estructurales de la UE provocó un notable descenso de producción en los países del Este; por otra, Portugal y España tuvieron que sacrificar inversión en un intento de contener su déficit. La situación es claramente mejor en 2017, y aunque los problemas fiscales en la Península aún siguen pesando negativamente, cuando menos el flujo de financiación comunitaria hacia los países del Este se ha restablecido sin problemas. Se prevé que la producción crezca un 2% en 2017 y un 3,6% tanto en 2018 como 2019. Cabe notar como este nuevo episodio de bonanza tras la recaída del 2016 estará más basado en la infraestructura de transporte, a diferencia del periodo 2013-2015 en el que el protagonismo fue para la infraestructura energética. Por países, cabría esperar que el crecimiento más intenso se produjese en los mercados del Este en general, pero en la práctica los auténticos beneficiarios del nuevo ciclo de financiación serán solo Polonia y Hungría, con Chequia a una cierta distancia y con Eslovaquia experimentando problemas para atraer la inversión. El Reino Unido será también un país a observar, puesto que espera ir alimentando su portafolio de infraestructuras en ejecución, lo cual lo dejaría en una posición muy favorable del 2018 en adelante.
Fuente: Euroconstruct